I. Laleman, J. Dadamio, S. Degeest, F. Vancauwenberghe, M. Quirynen
La halitosis oral se debe diferenciar del olor causado por el consumo de ciertos alimentos o con el mal aliento al despertar, estos son transitorios, mientras que la halitosis es crónica y refleja una condición patológica. En el 90% de los casos, la alitosis es de origen intraoral y en el 10% restante la causa es extraoral. Existen casos de quejas de halitosis sin producción asociada de gases malolientes, que pueden representar hasta el 16% de las consultas. En la visita diagnóstica, habrá que seguir una serie de pasos sucesivos:
1. Dar instrucciones previas para evitar otros olores que puedan interferir en la evaluación.
2. Cuestionario referente al mal aliento, los hábitos de dieta y la historia médica y dental.
3. Examen bucodental y periodontal, incluyendo:
. Medición subjetiva de la halitosis (organoléptica, mediante el olfato). Es la medición de referencia, que se realiza en diferentes escalas y niveles (olor bucal, nasal, olor bucal al hablar, olor del dorso lingual).
. Medición objetiva de la halitosis mediante un aparato que cuantifique los compuestos sulfurados volátiles, como puede ser un monitor de productos sulfurados (Halimeter) o un aparato portátil de cromatografía de gases (OralChroma).
. Examen de la orofaringe, incluyendo amigdalas, faringe, dientes, periodonto y lengua.
Tests adicionales de uso en clínica, como el test BANA o el test de la β-galactosidasa, que detectan diferentes tipos o sustratos bacterianos, y que se han correlacionado con mediciones organolépticas, pero no con mediciones de gases.
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