La estructura del sistema educativo potenciará la calidad de la educación institucional en la medida en la que los distintos órganos que la integran estén adecuados a las funciones que se les atribuyen. La clara definición de los niveles es presupuesto ineludible para la organización de los contenidos curriculares. Las estrategias didácticas empleadas deberán garantizar la transmisión. El entorno sociológico y, en concreto, las relaciones del sistema educativo con el contexto político y laboral deben determinar aspectos de la estructura. Finalmente, el perfil y rol del maestro o profesor deberá adecuarse a la estructura, y a la reciproca, la estructura del sistema determina los procesos de formación inicial y continua.
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