En México, Distrito Federal, existen unos 200 pueblos originarios, cuya vida social y religiosa se distingue de las colonias o complejos habitacionales en la ciudad; estos pueblos han construido sus propias prácticas tanto sociales como religiosas, las cuales han contribuido a producir y reproducir su modo de vida comunitario. Este artículo está basado en un trabajo de campo extenso de un pueblo originario: San Lorenzo Acopilco, donde la autora argumenta que muchas de sus prácticas comunitarias tienen un papel clave en la vida social y forman parte integral de las instituciones comunitarias. El texto argumenta acerca de cómo el uso del lenguaje ritual sirve de modelo en las prácticas políticas clientelares, y explora los beneficios que otorga, como los de legitimidad y autoridad.
There are about 200 native villages within the Federal District of Mexico, each with its own social and religious life which differs from the other boroughs and housing projects of the city. Here their community life is produced and reproduced. This article is based on extensive fieldwork in a native village: San Lorenzo Acopilco. The author claims that many of the community activities play a key role in the social life of the inhabitants and form an integral part of community institutions. The text shows how the use of ritual language serves as a model for practices based on political clientelism and explores the benefits this provides, such as legitimacy and authority.
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