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Resumen de Dirigir sin gobernar en la Sociedad del Conocimiento. El despotismo ilustrado en el discurso del techno-corporatism europeo.

Francesco Maniglio

  • español

    En las ultimas décadas, el proceso de gobernar en la UE implica toda una serie de actividades, llevadas a cabo por actores sociales, políticos y administrativos, de guía, dirección, control y administración de la sociedad (Hix 1998). La relación entre estos actores (estatales y no estatales) en el proceso de gobierno no es jerárquica, sino policéntrica y mutuamente dependientes (Jachtenfuchs 1997). Se constituye la alianza techno-corporatism (Fischer 1990) formada por una comunidad epistémica junto con los lobbies industriales y financieros, trata de organizar la sociedad en torno a su propia proyección de una unidad en diferencia, afirmando, de esta forma, su posición de liderazgo y poder. Una unidad en diferencia que, en una definición amplia del nivel ideológico, se expresa y tiene lugar, de un modo inevitable a través y en el lenguaje. Esto implica, en primer lugar, pensar el discurso tecno-corporativo no en su aparente carácter etéreo, sino como una práctica social de la legitimación de una dirección política mediada que interviene en la concepción, construcción y aprobación de las políticas publicas de las últimas décadas. Sin embargo el hecho que la ideología participa a delinear una cierta forma social, no significa que no pueda estar en contraste con esta y también que la exceda, contribuyendo al hecho que esta forma se presenta como enteramente contradictoria (Rossi-Landi 2005, 21). El análisis longitudinal (2000-2010) del discurso tecno-corporativo, en segundo lugar, nos permite relacionar y articular los diferentes discursos (también discursos críticos, subalternos, disidentes...) que han afectado los programas y proyectos de la gobernanza europea en la dirección de la sociedad, construyendo una visión hegemónica para ganar constantemente el consentimiento.

  • English

    Over the last few decades, the process of governing in the EU has come to mean a whole series of activities conducted by social, political and administrative actors, which guide, direct, control and administrate society (Hix 1998). The relationship between these actors in the governmental process is not hierarchical, but polycentric and mutually dependent (Jachtenfuchs 1997). Therefore, the techno-corporatism alliance (Fischer 1990) is formed by an epistemic community along with the industrial and financial lobbies. It organizes society around its own projection of a differential unit, thereby affirming its position of leadership and power. A differential unit, which in an ideologically broader definition, expresses itself and inevitably takes place throughout and within this language. Firstly, this implies thinking of the techno-corporative discourse not in its apparent ethereal nature, but as a social practice of the legitimation of a mediated political direction that has intervened in the conception, construction, and approval of public policies over these last few decades. Even though this discourse contributes to the delineation of a certain social form, this does not suggest that it cannot contrast with it, or even exceed it because this form itself is contradictory (Rossi-Landi 2005, 21). Secondly, the longitudinal analysis (2000-2010) of the techno-corporative discourse allows us to relate and articulate different discourses (critical, subordinated, and dissident discourses), which have affected the programs and projects of the European Governance in the direction of society, thereby constructing a hegemonic vision in order to obtain general consent.


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