Cuando el científico se convierte en portavoz de patrones políticos o económicos para obtener su propio beneficio, su aportación social es netamente negativa, siendo incluso perjuicial para la propia ciencia y los ciudadanos afectados, que somos todos si nos referimos al Medio Ambiente. La obtención y tratamiento de la energía en cuanto a determinadas fuentes utilizadas, puede reportar pingües ganancias a quienes las manejan y apoyan a costa de destrozar la Naturaleza y nuestra salud.
Aquí se cuestiona la credibilidad sobre las teorías impuestas a base de propaganda pero que dan la espalda a la realidad más oscura.
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