La legislación de Contratación Pública debe reconocer el carácter intelectual de los servicios de ingeniería y arquitectura. Sin embargo en España las sucesivas leyes han avanzado en sentido contrario, hasta la total equiparación de estos servicios con cualquier otro servicio sin contenido intelectual.
Estamos en el peor momento en cuanto a la valoración de la calidad en los servicios de ingeniería, debido a que el legislador español está más preocupado por los riesgos de corrupción en la contratación que por la eficiencia de las inversiones.
Pero Europa propone que el coste podrá ser fijo, compitiendo solo en función de la calidad. Nuestra legislación deberá incorporar el espíritu de estas nuevas Directivas Europeas, reconociendo el carácter intelectual de los trabajos de ingeniería y arquitectura, y priorizando en ellos la calidad por encima del precio, porque una ingeniería de excelencia es garantía de una inversión eficiente.
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