El presente trabajo describe el tratamiento llevado a cabo con un varón de 27 años que presenta sintomatología ansioso-depresiva. A partir del análisis funcional se decidió combinar distintas técnicas cognitivo-conductuales, tales como la activación conductual, el entrenamiento en toma de decisiones, el entrenamiento en habilidades sociales, la reestructuración cognitiva, técnicas de manejo de la ira y pautas de higiene del sueño. Tras cinco meses de intervención, se concluye su eficacia en el control de la sintomatología ansioso-depresiva. Concretamente, se apreció un cambio significativo en la puntuación del BDI-II, en el número y el tipo de actividades desarrolladas, en la reducción de las rumiaciones, la mejora de la calidad del sueño y las verbalizaciones del cliente. Los beneficios terapéuticos se mantuvieron en la sesión de seguimiento.
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