El artículo hace un análisis del papel del periodista como filtro de la información. el autor considera que hacer periodismo no puede seguir siendo solamente producir contenidos. En una era donde lo que más abunda es la información, el periodista debe asumirse cada vez más como un filtro en vez de ser una fuente más de ruido. El concepto de la curaduría de contenidos es valioso porque permite revalorar el oficio de periodista como un servicio público donde el lector está en el centro. El periodista ya no es el del megáfono, ni el que “da voz a los sin voz”, más bien debe apostar por un periodismo que ordene, jerarquice, filtre y, sobre todo, cure.
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