Los notarios de la audiencia episcopal eran los encargados de poner por escrito todas las actuaciones que pasaban ante el tribunal y tenían la responsabilidad de conservar los documentos, hoy en el Archivo Diocesano. Para conocer cómo se formaron sus expedientes y tratarlos adecuadamente es necesario tener en cuenta no solo la legislación general del reino o la normativa particular emanada de la autoridad episcopal, sino también la que los notarios se dieron a sí mismos, de la que hasta ahora apenas sabíamos nada. En este trabajo nos ocuparemos de esta última ofreciendo la transcripción de un documento inédito localizado en el Archivo Diocesano de Zamora que contiene la ordenanza que aprobaron en 1643 y que regulaba la práctica diaria de sus oficios en el tribunal diocesano.
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