Frente al deseo de reforzar el control coercitivo para justificar una radicalización de la esclavitud de los negros, asunto que el autor estudio en otro lugar, se analiza aquí un "memorial de abisso" que el capitán Cristóbal de Lorenzana envío a Felipe IV en fechas comprendidas entre 1642 y 1648. Memorial que presenta un aspecto innovador, en la medida en que propone renunciar a la coerción en pro de la integración progresista del hombre de origen africano dentro de la sociedad hispanoamericana. Al afirmar su fe en un hombre nuevo, liberado de las trabas de los prejuicios sociales, sostiene Lorenzana que para la constitución de una colonia prospera se requiere una sociedad basada en el mestizaje
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