Durante los años cuarenta, España y Portugal mantendrán una serie de contactos políticos y económicos que vienen a romper con la tradicional apatía que caracterizaba sus relaciones diplomáticas. Las causas de este acercamiento son perceptibles en un primer vistazo: ambos países, pertenecientes a una cultura similar, son gobernados por sendas dictaduras que se mantienen neutrales ante una conflagración mundial. A consecuencia de ello, deciden clarificar el estado de sus vinculaciones con los países en guerra, su mutua amistad y sus relaciones comerciales.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados