Estados Unidos
En este articulo analizaré los temas del abandono, la escisión y el trauma en algunas de las obras de Sandra Ramos, artista plástica cubana, y en la novela Todos se van de la escritora cubana Wendy Guerra. Ambas creadoras pertenecen a la misma generación y residen en la Isla, decisión que marca ampliamente sus producciones artísticas y literarias.
Quienes se van de Cuba, se quejan del sentimiento de extrañamiento y soledad sentido en tierra ajena. Quienes se quedan, no se quejan, esperan y, sobre todo, luchan en tierra propia, ríen y lloran con y por los suyos pero, sobre todo, están presentes. A pesar de la sensación de estancamiento sentida por los jóvenes que vivieron en Cuba el periodo especial o crisis de los 90, el hecho de permanecer en la Isla, de resolver día a día los problemas surgidos y seguir adelante juntos en tierra propia hizo que a esta generación le caracterizara una fortaleza desconocida por quienes se fueron. El arte tanto escrito como plástico de las dos cubanas examinadas en este artículo es buena prueba de ello.
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