Los nuevos anticoagulantes orales abren una nueva era en el tratamiento antitrombótico.
Durante más de cincuenta años los antagonistas de la vitamina K han tenido el papel protagonista en el tratamiento anticoagulante oral. Sin embargo, los antagonistas de la vitamina K tienen multiples limitaciones, incluyendo numerosas interacciones con otros fármacos y la necesidad de control biologico frecuente. Los nuevos anticoagulantes orales dirigidos ya contra trombina (Dabigatrán) o factor Xa ((Rivaroxabán y Apixabán), tienen una vida media corta en pacientes con function renal normal y una acción rápida. Miles de pacientes ya han sido tratados en ensayos clínicos en profilaxis y tratamiento de trombosis venosa y arterial. Actualmente están aprobados en profilaxis de cirugía protésica de cadera y rodilla, fibrilación auricular no valvular, trombosis venosa profunda y embolismo pulmonar. Además, hay datos preliminares de su potencial utilidad en sindrome coronario. Aunque todavía hay aspectos de debate tales como la actitud ante una hemorragia o ante procedimientos invasivos y muchos aspectos de su utlización no son familiares en la práctica clínica, parece que el paradigma de la anticoagulación oral ha cambiado. En el futuro, la pregunta sera probablemente que paciente con indicación de anticoagulación no debe recibir un anticoagulante oral de acción directa.
The alternative new oral anticoagulants open a new era in antithrombotic treatment. For more than half a century, vitamin K antagonists have defined oral anticoagulant therapy for the long-term management of thrombotic disorders. However, vitamin-K antagonists have multiple, well-known limitations, including numerous interactions with other drugs and the need for regular blood monitoring and dose adjustments. Novel anticoagulants are directed against either thrombin (Dabigatran) or factor Xa (Rivaroxaban and Apixaban), have a short half-life in patients with normal renal function and rapid onset of action. Thousands of patients in clinical trials in prophylaxis and treatment of venous and arterial thrombosis have been treated. Nowadays, they are approved for hip and knee replacement prophylaxis, non valvular atrial fibrillation, venous deep thrombosis and pulmonary embolism. Also, there are reports of their potential utility in recent coronary syndrome. Though open questions remains such as how to manage hemorrhage and invasive procedures and many aspects of their use will be unfamiliar to practicing clinicians, it seems that the paradigm of oral anticoagulation has completely changed. In the future, the question will probably be who should not receive a direct action oral anticoagulant
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