Luis Alberto Pacheco Mandujano
Quiero presentar al foro internacional unos puntos de vista que, en sí mismos, no pretenden en absoluto constituir defensa eufemística ética, jurídica, ni filosófica de los graves hechos que significarán la piedra angular del análisis que, con posteriores efectos inductivos, habrá de ser objeto de este quodlibetum. Por el contrario, será a partir de ellos que —como se verificará más adelante—, llevando al límite a la teoría misma, quiero poner a prueba la coherencia interna y externa del sistema teórico de los llamados derechos humanos que proclama y apologiza la existencia de un particular y especial conjunto de derechos de los que se predica ser connaturales al ser humano, así como también —por consecuencia lógica de tal hipótesis— del apartado doctrinario y normativo que se refiere a su pretendida aplicación erga omnes, en todo espacio y, ahora también, en todo tiempo1 . Temo, sin embargo, que el resultado de este examen sea desaprobatorio porque —adelantando algo de mi juicio en este punto— sospecho que tal coherencia aún no ha llegado a ser alcanzada dado que no ha sido desarrollada en la plenitud que habríamos esperado obtener a estas alturas de la historia, lo que, para desgracia doble, afecta como resultado al propio sistema de defensa material [jurídico-político] que supuestamente debería velar y proteger los referidos derechos humanos.
I want to present to the international forum a few points of view that, in themselves, do not intended to be an euphemistic ethical, juridical defense, nor philosophical of the serious events that will mean the angular stone of the analysis that, with later inductive effects, will to be an object of this quodlibetum. On the contrary, it will be from them that —as will be verified further on pushing the limits of the theory itself, I want to test the internal and external coherence of the theoretical system of the so called human rights that it proclaims and apologiza the existence of a particular and special set of rights of those who are preached to be connaturales to the human being, as well as also —for logical consequence of such a hypothesis— of the doctrinaire and normative paragraph that refers to his claimed application erga omnes, in any space and, now also, in all time2 . I am afraid, however, that the result of this examination will be negative because —advancing something of my judgment in this point— suspect that such a coherence still has not managed to be reached provided that it has not been developed in the fullness that we would have expected to obtain at this point of the history, what, for double, sympathetic misfortune as result to the own [juridical-political] system of material defense that supposedly should guard and protect the above-mentioned human rights.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados