En los asadores de la Ribera del Duero todo gira en tono al horno de leña y al lechazo. Son restaurantes con una carta corta, buen pan y vino de la tierra. Hay que reservar con hora, menú y número de comensales, ya que se necesitan dos horas y media de horno para asar un lechazo, un manjar que no admite recalentamiento.
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