Durante los últimos años, a pesar de la crisis económica y financiera que vivimos, se ha conseguido que sean más los presos que realizan un trabajo retribuido, lo cual resulta paradójico, pues entre las consecuencias más cruentas de esta crisis encontramos un incremento espectacular del paro entre la población libre. Ello nos ha llevado a preguntarnos qué hay detrás de dicho incremento, si esconde un retroceso desde el trabajo penitenciario resocializador al trabajo penitenciario como explotación laboral, y no sólo hemos comprobado que así es, sino que además hemos visto que el realizado en las prisiones españolas no cumple todos los requisitos exigidos para que aquél tenga la consideración de resocializador.
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