La ciudad dispersa, ese tipo urbano que se extiende en el espacio y se disemina, puede considerarse como el reverso de la ciudad compacta, que se entiende como un entorno apretado y unido y que fue el origen de aquella. Los procesos de dispersión en las periferias más o menos lejanas de la ciudad nacida de la Revolución Industrial, empiezan en el momento en el que la ciudad compacta, delimitada en un reducido espacio, empieza a manifestar problemas de sobrepoblación y congestión y el deterioro progresivo de los edificios y la trama de calles y plazas en la que se asienta.
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