Hacia finales del siglo XIX, cuando el deporte pretendía tomar carta de naturaleza en Barcelona, el Ayuntamiento emprendió un proyecto para hacer llegar la educación física a las escuelas municipales. Esta iniciativa surgió de los sectores higienistas y pedagógicos,otorgando una solución a la falta de legislación educativa vigente, que no contemplaba la gimnástica escolar. La respuesta del Ayuntamiento se entronca con las demandas regeneracionistasque encuentran el apoyo de los profesores de gimnástica. Aunque el proyecto no estuvo exento de dificultades, fue un firme paso para manifestar la evidencia de la necesaria oficialización de la educación física en la primera enseñanza. El ejemplo sirvió para que otros municipios trataran de imitar o mejorar el modelo.
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