La organización territorial que se desarrolla al amparo de nuestra Constitución de 1978 ha dado lugar a un sistema de partidos singular que se caracteriza por la presencia en la Cámara Baja de diversos partidos nacionalistas y regionalistas. Ello ha venido provocando, cuando el partido en el Gobierno no ha obtenido mayoría absoluta, que aquéllos se transformen en árbitros de las decisiones legislativas, y no sólo de las que afectan directamente a sus respectivos territorios. Tal dilema ha sido casi prácticamente obviado por nuestra doctrina científica mientras que en el Reino Unido ha dado lugar a un encendido debate constitucional.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados