La valoración de la prueba científica es un campo de estudio claramente interdisciplinar.
En ese sentido, la elaboración de un estándar para peritos europeos en materia de formulación de conclusiones es un reto intelectual de primer orden. En la búsqueda de una terminología que permita que la interacción perito-tribunal pueda llegar a ser óptima nos encontramos con que partimos de una situación claramente desventajosa para tal propósito: se denuncia la existencia de incoherencias y se descubren problemas lingüísticos dentro incluso de cada disciplina.
Pensamos que no es posible construir una lógica de raciocinio robusta para realizar inferencias probabilísticas en la ciencia forense desde un punto de vista meramente matemático o logístico. La lógica matemática es la ciencia positiva del razonamiento y, en cuanto tal, sólo está interesada en el cálculo positivo de su validez, independientemente de todo supuesto ontológico. Pero sin una ontología y epistemología determinadas, que implica precisar los conceptos que se utilizan en ellas, la solución matemática que se proponga como la científicamente correcta es difícil que triunfe como estándar a nivel europeo porque necesita el ropaje del lenguaje jurídico. Los expertos forenses y los Tribunales de Justicia no están interesados en el desarrollo de una ciencia positiva sino en una ciencia práctica: en esclarecer si unos ciertos hechos que llegan a su conocimiento pudieran ser constitutivos de un delito. Por tanto, la precisión de los conceptos del lenguaje y la coherencia en el uso que se haga de los mismos en las argumentaciones (lógica de los conceptos) son importantes, no sólo la coherencia del razonamiento demostrativo lógico utilizado (lógica de las proposiciones).
Assessment of scientific evidence is a clearly interdisciplinary field of investigation.
In this sense, the development of a standard for European forensic experts to formulate conclusions is a first-rate intellectual challenge. Searching a terminology for forensic expert-Court interaction to be optimised is found a clearly disadvantageous situation for such a thing: inconsistencies and linguistic problems are denounced even in each discipline.
It is believed that to build a robust reasoning logic to make probabilistic inferences in forensic science from a merely mathematical or logistic viewpoint is not possible. Mathematical logic is the reasoning positive science and, as for that, it is only interested in the positive calculus of its validity, regardless of any prior ontological assumption. But without a determined ontology and epistemology which implies to specify concepts that will have to be used by them, it seems difficult that the proposed scientifically correct mathematical solution be successful as a European standard because it requires the legal language. Forensic experts and Courts are not interested in the development of a positive science but in a practical science: in clarifying whether certain known facts constitute a crime. Therefore, precision of concepts in language and coherence among them in reasoning (logic of concepts) are important, not merely the coherence of the logic demonstrative reasoning used (logic of propositions).
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