Este artículo, partiendo de un análisis personal del conflicto en Afganistán, pretende exponer y valorar la adaptación y eficacia de la misión desplegada por la Guardia Civil en un escenario tan complejo y alejado de nuestro país.
La Guardia Civil entra a jugar en el conflicto afgano como consecuencia de una petición expresa de los Estados Unidos en la visita que el Presidente Zapatero realizó a la Casa Blanca en octubre del 2009. La OTAN, en la Cumbre de ese mismo año en Estrasburgo-Khel, apostó decididamente por potenciar la formación de la policía afgana, diseñando esta acción bajo el paraguas de la infraestructura que tenía sobre el terreno desde que había asumido la misión ISAF en el año 2003.
Múltiples actores, descoordinación en la ejecución de las misiones, falta de alineamiento de las estrategias, objetivos nacionales al margen de los internacionales, corrupción, pobreza y muchas otras características desfavorables para la resolución de este conflicto no han sido óbice para que la Guardia Civil haya desarrollado diferentes misiones con eficacia y rigor como la de formación operativa en el terreno, liderazgo de un centro policial de formación, policía militar, asesoramiento policial y estratégico, respondiendo a las expectativas creadas.
Nada es fácil en Afganistán pero la Guardia Civil ha hecho de su participación en este conflicto una operación más, como si de un servicio peculiar en territorio español se tratase, y esa es la clave de esta Institución: “lo difícil lo convierte en un quehacer diario”.
From the basis of a personal analysis of the conflict in Afghanistan, this article aims at presenting and assessing the effectiveness and ability to adapt of the operation deployed by Guardia Civil in such a complex and far away theatre.
Guardia Civil enters the Afghan conflict following an explicit request by the White House during the October 2009 visit that the Prime Minister Zapatero paid to the United States. That very year, during its summit at Strasbourg-Kehl, NATO opted decisively for the development and the training of the Afghan Police and proceeded to design an action under the umbrella of the infrastructure that it had on the ground since the assumption of ISAF’s leadership in 2003.
A myriad of actors, the uncoordinated execution of missions, a lack of alignment of strategies, local interests going astray from international interests, corruption, poverty, and many other circumstances unfavourable to the resolution of the conflict in Afghanistan were obstacles that did not prevent Guardia Civil from performing their missions with rigor and efficiency, be it operational field training, the leadership of a Police Training Centre, military police, or strategic advice on police issues, always responding to very demanding expectations.
Nothing is easy in Afghanistan, but Guardia Civil made of its participation in the resolution of this conflict an ordinary one, one more operation as if implemented on Spanish soil. And that is the key to the work of this Institution, to turn difficulties into daily routines.
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