Escritor, polemista, militar, exiliado, Presidente de la Nación, Domingo Sarmiento es una figura al mismo tiempo museológica y maldita en la historia argentina. Admirado y odiado, idolatrado en las efemérides oficiales como prócer es sin embargo, menos comprendido hoy que lo que lo pudo haber sido en su tiempo. Pondremos como punto de partida para este trabajo una hipótesis: Sarmiento es una figura de ineludible interés porque es el inicio y, al mismo tiempo, el punto máximo de una tradición argentina sumamente original de comprender la relación entre pensamiento y práctica política: Sarmiento pensaba a la política como gesto.
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