Valencia, España
La mujer vive más años que el varón, y muy probablemente eso traduce una programación genética generada por la evolución, pues la reproducción de la especie descansa fundamentalmente en las mujeres. Pero junto a ello, la mujer presenta peor calidad de vida en su último tercio vital, y todo apunta a que una serie de enfermedades crónicas como la osteoporosis, la enfermedad cardiovascular y varios cánceres son sensibles a las hormonas sexuales, y más concretamente a los estrógenos. La confusión generada en los últimos años por discrepancias entre estudios de observación y aleatorizados se va clarificando a partir de nuevas hipótesis, que parecen confirmarse con el re-análisis de los datos disponibles y de los que aportan nuevos ensayos clínicos. La ventana que sigue a los primeros años tras la pérdida de la función ovárica es en la mujer una oportunidad inmejorable para reducir la carga de las enfermedades que más van a lastrar su salud en los años del tercio final de la vida.
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