El concepto de consistencia aplicado a las organizaciones nos sirve de hilo conductor en una teoría de la acción que enriquece los modelos tradicionales, aportando una dimensión humanística y ética. A partir de una ampliación de la teoría de la acción humana, introducimos tres condiciones para el correcto funcionamiento de una organización a largo plazo. Esas tres condiciones no son independientes entre sí, ni se pueden reducir unas a otras, lo cual confiere un papel clave a la consistencia, relacionada con la confianza en la organización, y vía para la introducción de la ética en la teoría y en la práctica de la dirección de empresas
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