En este artículo analizaremos las transformaciones sociopolíticas sucedidas en Córdoba en el período comprendido entre 1966 y 1976, con especial énfasis en la vinculación entre el Estado, los empresarios y el sector obrero. Siguiendo a Portantiero, caracterizamos el período como una crisis orgánica, cuyas resoluciones permitieron la construcción de nuevas hegemonías. Durante el período 1969-1974, el mundo del trabajo estuvo hegemonizado por sectores sindicales clasistas y combativos. No obstante, el bloque social dominante recurrió al Estado provincial para lograr el disciplinamiento laboral que garantice los niveles de ganancias. Esas políticas represivas fueron aplicadas primero institucionalmente, entre 1969 y 1972 con la Dictadura de la autoproclamada «Revolución Argentina». Pero luego, durante el gobierno constitucional de 1973, la represión adoptó un estilo extrainstitucional y fue encabezada por «comandos peronistas», aunque apuntalados clandestinamente en varias esferas del Estado y de algunos sindicatos. Luego de 1974, en cambio, el bloque de fuerzas sociales dominante recuperó el control de la institucionalidad. Sin embargo, ese predominio no fue suficiente para la hegemonía político-social, por lo que fue necesaria una política del terror para terminar de resolver esa crisis en su favor.
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