Elisabet Tasa-Vinyals, Marisol Mora Giral, Rosa María Raich
El discurso androcéntrico de la medicina fundamenta la existencia del fenómeno del sesgo de género en la praxis clínica, definido como la prestación de asistencia médica de forma inapropiadamente distinta o similar �en base a la evidencia científica disponible� a mujeres y hombres.
La praxis médica sesgada por género es profundamente contraria a los principios de la medicina basada en la evidencia, puesto que se fundamenta en creencias acerca de las formas de sanar y enfermar de hombres y mujeres. Asimismo, perpetúa la invisibilización de las eventuales idiosincrasias bajo el manto de la normatividad o la universalidad, la concepción de la salud de los géneros �y especialmente de la salud femenina� en base a los significados heteropatriarcales de los mismos, y el uso del estamento médico para el mantenimiento de estructuras de control que impiden la legítima soberanía sobre el propio cuerpo. En el presente artículo se exponen y discuten la génesis y las consecuencias del androcentrismo médico; el cual, al ser expresión de un sistema profundamente injusto como es el patriarcado, afecta negativamente tanto a hombres como a mujeres, aunque las probabilidades de perjuicio sean mayores para estas últimas. Se discuten también los conceptos de perspectiva y sensibilidad de género en la investigación biomédica, epidemiológica y clínica como camino hacia un cambio de paradigma que permita la construcción de un cuerpo de conocimiento médico más preciso e inclusivo, así como de un sistema de salud más justo y equitativo
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