Andrés Santiago Arroyave Alzate
Luego del mejor clima inversor que el país ha logrado con la recuperación del territorio nacional y del arrinconamiento de las guerrillas en la última década, se creó una avalancha de peticiones de concesiones mineras que puso en aprietos al limitado catastro minero nacional. En una década, el país podría llegar a duplicar su producción actual de carbón y expandir su producción de oro. No obstante, es alta la posibilidad que a los colombianos les quede poco de esta irrepetible cosecha de minerales. Ello, porque la bonanza se eleva sobre debilidad institucional, corrupción, daño ambiental y la profundización de uno de los conflictos sociales más agudos en el contexto mundial. El presente trabajo hace parte de una propuesta de investigación de posgrado y su desarrollo ha sido principalmente referencial.
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