La reforma sanitaria del año 2012 ha supuesto la exclusión de la población inmigrante irregular del Sistema Nacional de Salud. Este cambio normativo nos obliga a reflexionar sobre el alcance que pueden tener las medidas de sostenibilidad económica cuando se produce una negación de los derechos individuales que fundamentan el Estado social y democrático de Derecho. El objetivo de este artículo es justificar que el derecho a la atención sanitaria debe tener alcance universal por cuanto la igualdad exige que las personas puedan superar las desventajas que les supone la enfermedad y la discapacidad. Por tal motivo, debe configurarse como un auténtico derecho fundamental dada su vinculación con intereses de máxima relevancia constitucional como la vida, la integridad física o moral. Este planteamiento conduce a exponer una serie de argumentos críticos con la exclusión sanitaria de los inmigrante irregulares.
The health reform of 2012 has led to the exclusion of undocumented immigrants from the National Health System. This regulatory change forces us to reflect upon the extent to which the measures of economic sustainability result in the denial of individual rights which are the foundation of the social and democratic rule of law. The aim of this article is to prove that the right to health care should be universal inasmuch as equality requires that people can overcome the disadvantages of their disease and disability. Therefore, it must be configured as a fundamental right given its connection to maximum constitutional relevance such as life, physical or moral integrity. This approach leads to the setting forth of a series of critiques on the exclusion of undocumented immigrants from the health system.
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