En torno a la educación emprendedora existen diversos modelos conceptuales con implicaciones teóricas y prácticas propias. Su contextualización dentro del impulso internacional que viene recibiendo la formación de una cultura emprendedora, con cierta frecuencia la desliza hacia interpretaciones vinculadas al desarrollo de un �espíritu emprendedor� considerado como mero desarrollo de tejido empresarial y productivo, lo cual termina proyectándola hacia una suerte de �pedagogía de la empresarialidad�. Sin embargo, la educación emprendedora hace referencia al comportamiento autónomo y al desarrollo de la iniciativa, lo que la convierte en una educación que incluye la creación empresarial o el fomento del autoempleo, pero también alberga valores relacionados con la responsabilidad, la gestión de proyectos personales y la construcción de un criterio propio. Abrimos de este modo la comprensión del proceso emprendedor a la complejidad de los procesos formativos que vinculan las habilidades de la empresarialidad con el desarrollo de las capacidades personales. Tratamos de ofrecer argumentos sobre la importancia del factor personal en la educación emprendedora basándonos en recientes investigaciones científicas que configuran una línea de investigación en este ámbito.
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