La lectura de las ponencias parece sugerir que la actitud emprendedora es para la sociedad, en tanto que comunidad de prácticas, un recurso primario, fundamental, más libre de dependencia inversora, recomendable especialmente en contextos de crisis. Nadie de nosotros duda de la justificación de las profesiones pedagógicas; tal vez la mejor prueba de la utilidad social de esas profesiones es el hecho de que otros gremios ambicionan su control.
A veces, se desacredita la actitud emprendedora por adjudicarle ideología del liberalismo económico. No entro ahí y me protejo como puedo;
pero no tengo duda de que entre los muchos aspectos de la práctica pedagógica, uno de ellos es el de una profesión con la que miles de personas tratan de ganarse la vida; otros, formados para practicarla están en el paro o a la buena de Dios. ¿Cómo fomentar la cultura emprendedora dentro de la actividad académica de las Facultades de Educación?
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