Veracidad e información son dos caras de una misma moneda, pues los hechos, si no son ciertos, adolecen de la característica principal que los convierten en noticiosos. Sin embargo y cada vez con más frecuencia, el periodismo obedece a la máxima de que la verdad no impide una buena noticia, entendiendo por estas extensiones informativas o especulaciones que obedecen a las exigencias del infoespectáculo. Se otorga así prioridad a su función de entretener sobre la informar. Frente a esta dinámica, se analizan los deberes del periodista para garantizar la veracidad informativa, asunto que se examina a la luz en la doctrina desarrollada por la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España
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