Hong Kong ha sabido convertirse, por su propio esfuerzo, en el puerto de salida de China y, junto con Singapur, de todo Extremo Oriente. En este reportaje, de la mano de su autor, entenderemos las razones por las que una pequeña isla de pescadores hace tan sólo 200 años ha sabido convertirse en uno de los cruces de caminos de la era global.
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