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Resumen de Compartiendo la locura: el arte insustituible de la escucha al loco

Beatriz Carrasco

  • español

    Este breve, pero profundo escrito, persigue despertar en el lector, especialmente si este trata diariamente con los avatares de la locura, la reflexión y la crítica constructiva de nuestra práctica clínica diaria en Salud Mental.El contexto socio-cultural de cada momento de la historia determina la expresividad de la locura y el trato dado al loco. Fuera de este contexto la locura no puede ser entendida.La sociedad construye la enfermedad mental y esta es a su vez el reflejo de la sociedad en la que asienta. Acercarnos a la locura actual pasa por entender el momento histórico que nos ha tocado vivir. Nuestra sociedad no tolera el sufrimiento asimilándolo a la enfermedad mental. Estamos en la era de la desculpabilización, de la psiquiatrización y de la medicalización de la vida cotidiana.La entrevista clínica, la fenomenología, la subjetividad y la escucha al loco han dejado de tener el lugar de privilegio conseguido en el pasado. La neuroimagen, las ondas cerebrales, los genes y los fármacos son los que ahora toman la palabra que se le ha quitado al loco. La escucha ha dejado de contener.No es fácil trabajar con la locura pero quizás la mejoría en la práctica clínica en Salud Mental pase por aunar criterios, evitar las polaridades y radicalizaciones de los diferentes enfoques psiquiátricos, fijar nuestro objetivo en la ayuda a la persona que tenemos enfrente alejándonos de intereses personales cuestionables y ser lo suficiente humildes para no creernos en posesión de la verdad absoluta. Verdad que en muchos casos roza la certeza psicótica.

  • English

    This short, but deep writing goes after bringing back in the reader, specially if this has dealings with the ups and downs of the crazy, the reflection and the constructive criticism of our daily clinical training in Mental Health daily.

    Sociocultural context of each moment of the history determines the crazy’s expressiveness and the behavior given to the crazy. Out of this context, the madness can’t be understood. The society constructs the mental illness and this is in turn the society’s reflection in what settles. Our introduction to the actual madness depends on understanding the historic moment in what we live. Our society doesn’t tolerate the suffering assimilating it to the mental illness. We are in the era of the blame’s hold and of the diagnostic and treatment with drugs of daily life.

    The clinical interview, phenomenology, subjectivity and listening to the crazy don’t have the privileged place of the past. Neuro-imagen, brain waves, genes and drugs are having the last word that has taken to the crazy. The listening has stopped to contain.

    It isn’t easy to work with the madness, but perhaps the improvement in the clinical training in Mental Health depends on joining opinions, avoiding the polarities and the radicalization of the different psychiatric standpoint, focusing our objective on the help to the person that we have in front, being far from questionable personal interests and being humble enough not to believe in possession of honest truth. Truth that is close to psychotic certainty in a lot of cases.


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