Maria Aparecida de Barros, Alexandra Santos Pinheiro
El silencio y la invisibilidad son las palabras que mejor representan la historia de las mujeres durante muchos siglos. Desde la antigüedad, las mujeres se les impidió hablar, y aún hoy en día, por desgracia, poco aprecia el discurso femenino. En muchas empresas el derecho a expresarse está severamente luchó, severamente castigado.
Estas mujeres, vilipendiadas en sus derechos, sigue siendo un solo espacio: la subordinación. En este contexto de subordinación, que habita en el espacio prisión marginal, de la palabra y de apropiarse del derecho a la palabra es un acto de valentía y desafío. En este artículo se analiza el testimonio de una mujer en situación de prisión, que, hasta que no tenían casi todos sus derechos humanos profanados.
La narrativa destaca sus experiencias y saca a la luz sus recuerdos y cómo el diálogo con el pasado. Desde la celda de la prisión, la mujer produce su intervención, elaborar su balbuceo, que aunque amortiguado, más allá de los bares y altos muros. Es a través del poder de su voz, que reclama el derecho de expresión, el derecho a volver a contar hacia arriba, para hablar de sí mismos. En este artículo se analiza la perspectiva de los estudios culturales, la historia narrada por VB, una mujer de negro, que está sirviendo en régimen cerrado. A partir de este análisis, se propone una reflexión sobre el espacio de la prisión, el derecho a hablar, y el papel de la memoria en el proceso. Nosotros como referencias teóricas, las identidades culturales en tiempos post-modernos con Stuart Hall, el examen de la memoria individual y colectiva de Maurice Halbwachs, estudios de subordinación con Hugo Achugar y Gayatri Spivak, zona fronteriza y recuerdos subalternos con Edgar Nolasco, reflexiones sobre el papel de la mujer propuesta por Michele Perrot, entre otros.
O silêncio e a invisibilidade são as palavras que melhor representam a história da mulher no decorrer de muitos séculos. Desde a antiguidade, as mulheres foram impedidas de falar, e até nos dias atuais, infelizmente, pouco se valoriza o discurso feminino. Em diversas sociedades, o direito a expressar-se é severamente combatido, punido com rigor. A essas mulheres, vilipendiadas em seus direitos, resta um único espaço: o da subalternidade. Nesse contexto de subalternidade, habitando o espaço prisional marginal, fazer uso da palavra e apropriar-se do direito à fala é um ato de coragem e de rebeldia. O presente artigo analisa o testemunho de uma mulher em situação de prisão que, até chegar ali, teve quase todos os seus direitos humanos profanados. A narrativa destaca suas experiências e traz à luz suas memórias e a maneira como dialoga com o passado. A partir da cela da prisão, a mulher produz o seu discurso, elabora o seu balbucio, que embora abafado, ultrapassa as grades e os altos muros. É através do poder de sua voz que ela reivindica o direito à fala, o direito de recontar-se, de falar de si. Neste artigo, analisamos, sob a perspectiva dos Estudos Culturais, a história narrada por VB1, uma mulher negra que cumpre pena em regime fechado. A partir desta análise, propomos uma reflexão sobre o espaço prisional, o direito à fala e o papel da memória nesse processo. Teremos como referências teóricas as identidades culturais em tempos de pós-modernidade com Stuart Hall, as reflexões sobre memória individual e coletiva de Maurice Halbwachs, estudos acerca da subalternidade com Hugo Achugar e Gayatri Spivak, espaço fronteiriço e memórias subalternas com Edgar Nolasco, reflexões sobre o papel da mulher propostas por Michele Perrot, entre outros.
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