La síntesis de los datos publicados y nuevas investigaciones permiten establecer una cronología más fiable de las fases de deglaciación que ocurrieron después del último máximo glaciar en los Apeninos. El marco cronológico fue asegurado mediante datación por radiocarbono y por la presencia de cuatro niveles de cenizas volcánicas geoquímica y cronológicamente caracterizados, y un loess rico en cuarzo, que fueron hallados en diferentes macizos de montaña, principalmente en el centro de Italia. Después del Estadio de Campo Imperatore (LGM local), datado en 28-27 ka cal BP, tuvo lugar un primer retroceso durante la Fase Árida de Campo Felice, seguida por un avance de los glaciares (Estadio de La Capannelle) que comenzó entre 26 y 25 ka cal BP. Durante este reavance, los glaciares alcanzaron una longitud del 90% de la LGM local. El reavance fue seguido por un retroceso interrumpido por al menos dos reavances (de Piano Pietranzoni y Lago Pietranzoni) y luego por un rápido retroceso a comienzos del Interestadio de Fornaca, datado hacia 22-21 ka cal BP. El avance glaciar del Estadio de Fontari comenzó hacia 18 ka cal BP y fue seguido por un retroceso interrumpido por al menos tres pequeños reavances (Fontari 2, Fontari 3 y M. Aquila 1). El reavance de M. Aquila 1 finalizó hacia 15-14 ka cal BP. The Interstadio de Venaquaro, datado en 14-13 ka cal BP, fue seguido por el Estadio de M. Aquila. Este estadio fue la última pequeña expansión glaciar de finales del Pleistoceno y puede correlacionarse con el Younger Dryas. Las variaciones en la circulación atmosférica en el área mediterránea jugaron probablemente un papel importante durante las primeras fases dela deglaciación (entre 27-26 y 21-22 ka cal BP). Durante el periodo entre 19-18 y 12 ka cal BP, las fluctuaciones glaciares estuvieron relacionadas, muy probablemente, con el impacto climático de los eventos de hielos flotantes del Atlántico Norte. Es posible, por ello, que durante el Interestadio de Fornaca (entre 22-21 y 19-18 ka cal BP) se haya dado un cambio en la circulación atmosférica, y que el área central del Mediterráneo haya sido más propensa a ser influida por los efectos de la Oscilación del Atlántico Norte y los eventos IRD.
The synthesis of the published data and new researches allow to establish a more reliable chronology of the phases of deglaciation that occurred after the Apennine last glacial maximum. The chronological framework was assured by radiocarbon dating and by the presence of four geochemically and chronologically characterized tephra layers and a quartz-rich loess, that were found on different mountain massifs, mainly in Central Italy. After the Campo Imperatore Stade (local LGM) dated 28-27 ka cal BP, a first retreat took place during the Campo Felice Arid Spell, followed by a glaciers advance (Le Capannelle Stade) that started between 26 and 25 ka cal BP. During the readvance the glaciers reached a length about 90% of the local LGM glacier. The readvance was followed by a retreat broken by at least two readvances (Piano Pietranzoni and Lago Pietranzoni readvances) and then by a very fast withdrawal at the beginning of the Fornaca Interstade, dated ca. 22-21 ka cal BP. The Fontari Stade glacier’s advance began ca. 18 ka cal BP and was followed by a retreat broken by at least three small readvances (Fontari 2; Fontari 3; M. Aquila 1). The M. Aquila 1 readvance ended ca. 15-14 ka cal BP. The Venaquaro Interstade, dated 14-13 ka cal BP, was followed by the M. Aquila Stade. This stade was the last Late Pleistocene small glacial expansion and can be correlated to the Younger Dryas. The variations in the atmospheric circulation in the Mediterranean area likely played a role during the first deglaciation phases (between 27-26 and 21-22 ka cal BP). During the period between 19-18 and 12 ka cal BP the glacial fluctuations were linked, very likely, to the climatic impact of the North Atlantic ice rafted debris events. It is possible, therefore, that during the Fornaca Interstade (between 22-21 and 19-18 ka cal BP), there has been such a change in atmospheric circulation and the Central Mediterranean area became more prone to be influenced by the effects of the North Atlantic D/O and IRD events.
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