La Custodia de Tierra Santa requería aportaciones constantes de dinero para acoger a los peregrinos y conservar en buen estado los santuarios confiados a los frailes franciscanos. Cuando mueren sus fundadores Roberto de Anjou y Sancha de Sicilia, sólo las limosnas de los peregrinos y la generosidad de algunos monarcas permitió sostener esa comunidad de frailes que formaba la Custodia desde 1342. En 1487 el papa Inocencio VIII, mediante un breve dirigido a los Reyes Católicos y a otros monarcas, pretendió dar una solución duradera al problema de la financiación, pero no lo consintieron quienes defendían la observancia de la regla de la orden seráfica. En consecuencia, fueron los Reyes Católicos y sus sucesores quienes asumieron voluntariamente ese sostenimiento en forma de limosnas anuales.
The “Custody” or care of Holy Land required constant cash contributions to welcome pilgrims and to keep the sanctuaries entrusted to the Franciscan friars in good conditions. When its founders Robert of Anjou and Sancha of Sicily died, only the alms of the pilgrims and the generosity of some monarchs maintained the community of monks that formed the Custody from 1342. In 1487 Pope Innocent VIII, in a papal brief addressed to the Spanish Catholic Monarchs and other monarchs, tried to find a permanent solution to the funding problem, but those who followed the observance of the rule of the Seraphic Order did not agree with his proposal. It was the Catholic Kings and their successors who finally contributed to this support, in the form of annual alms.
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