En el presente artículo intento una aproximación a un fenómeno de identidad cultural haitiana en el oriente de Cuba en el contexto de los años ochenta y noventa del pasado siglo, un periodo caracterizado por los esfuerzos de instituciones del Ministerio de Cultura y principalmente de un grupo de intelectuales de la provincia de Santiago de Cuba por convertir las expresiones culturales de cuño «franco-haitiano» en reserva patrimonial de lo que se define institucionalmente como Cultura Popular y Tradicional. El texto analiza los discursos identitarios de los fundadores del Cabildo Teatral Santiago y del Festival del Caribe, tanto desde su contenido como desde la perspectiva de quienes abrieron los espacios de la ciudad de Santiago de Cuba a las agrupaciones musicales y danzarías de origen haitiano; del mismo modo, se analiza la percepción de los integrantes de los denominados grupos «portadores» y «reproductores» de cultura haitiana, que históricamente han utilizado la música, la danza y la religión como un potente recurso de identidad cultural y étnica que los/as haitianos/as utilizan, insistiendo en los modos de expresarse y de reconocerse socialmente, tanto hacia el interior del grupo étnico como por la noción que otros grupos han tenido acerca de las prácticas identitarias de los haitianos en Cuba.
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