Emilio Silva intercala alguna de las miles de historias que le han acompañado estos últimos quince años mientras charla con EL SIGLO a propósito del premio al activismo de derechos humanos que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) acaba de recibir en Nueva York. La de Perfecto, Josefina, Ascensión... Víctimas del franquismo y familiares de desaparecidos que sólo desean darles digna sepultura. “¿Cómo alguien que puede ayudar no lo hace?”, se pregunta desde que comenzara con la búsqueda de los restos de su abuelo y comprobara que el Estado había cubierto con una pesada losa los crímenes de la dictadura. El respeto a los acuerdos de la Transición y el miedo a la política, dice, olvidaron a los 114.226 civiles enterrados en las cunetas que la ARMH lleva más de una década buscando. os 100.000 dólares del galardón les permitirá hacerlo dos años más.
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