La llamada "pintura de gabinetes" es un género surgido en los Países Bajos en el siglo XVII, basado en la representación de una estancia o galería de pinturas en el momento de ser visitada por su propietario y un grupo de acompañantes a quienes se la muestra. La obra de 1856 El conde de Ybarra y su familia visitando una galería pictórica, del pintor sevillano Francisco de Paula Escribano y propiedad de la Fundación Cajasol, enlaza con el citado género introduciendo nuevos valores asociados a la burguesía industrial de la Andalucía decimonónica.
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