Quemaduras

• Autores: Enriqueta Bernaus Poch, Carmen Ceresuela Alonso, Rosario Lara Fernández
• Localización: Actualizaciones año 2007 / coord. por María Paz Mompart García, 2007, ISBN 978-84-95626-25-7, págs. 259-276
• Idioma: español
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• Resumen

  • La piel es uno de los mayores órganos del cuerpo, que en su estado íntegro cumple múltiples funciones. Las quemaduras provocan su destrucción y, a partir de ese momento, la parte afectada verá disminuida su capacidad de protección contra la invasión de gérmenes, de termorregulación, de control de la evaporación de agua...

    Las quemaduras son accidentes infantiles que afectan principalmente a los niños y niñas de entre 1 y 5 años; aunque el 90% son lesiones de gravedad menor, son la 2ª causa de muerte por accidente entre los menores de 4 años, después de los accidentes de tráfico. La causa más común es la escaldadura por líquidos calientes.

    La acción del calor provoca la muerte inmediata de las células afectadas; frente a esta agresión el organismo reacciona y se desencadenan importantes trastornos, la gravedad de los cuales será directamente proporcional a la lesión.

    La gravedad de una quemadura debe valorarse con gran precisión, ya que de ella depende el tratamiento a seguir. La valoración se realiza a través de la extensión del área afectada, de la profundidad de la lesión, de la edad del niño y de su localización en el cuerpo. De la gravedad de la lesión depende la respuesta del organismo y el objetivo del tratamiento será evitar o minimizar esa respuesta.

    La atención de enfermería al niño quemado se fundamenta en tres campos de actuación: detener de forma precoz las complicaciones y administrar el tratamiento médico que de ellas se deriva; aportar cuidado local de las heridas para evitar su infección y conseguir una rápida cicatrización; atender las necesidades del niño y proporcionar confort y bienestar al niño y a su familia, prestando especial atención al dolor, muy presente por la acción de la lesión y del tratamiento.

    Las quemaduras son una agresión de gran intensidad que provocan importantes trastornos físicos, psicológicos y sociales y la mejor forma de combatirlas es la prevención. Los profesionales de la salud disponen de la información que permite educar a la población sobre cambios de conductas que favorezcan la prevención (una quemadura es para toda la vida).