La revolución que derrocó a la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali en 2011 movilizó a una serie de fuerzas heterogéneas, desde islámicos hasta laicos e izquierdistas, y abrió paso a una era de entusiasmo, participación política y efervescencia social. No obstante, el devenir posterior compuso un escenario complejo de triunfos islamistas, reacciones callejeras �que combinaban razones políticas y económicas� y violencia, al tiempo que gran parte de la nueva elite buscaba sacar la política de las calles y construir un consenso revolucionario alejado de las ansias de transformación de la sociedad y la política tunecinas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados