La considerable masa de investigación posterior a F.Delitzsch (1886) ha eliminado viejos prejuicios y otorgado su debido valor a la BPC, no sólo como editio princeps de la Sep y del NT, sino también como testigo textual. Ya no se cree que los editores complutenses ajustaran el texto griego al de la Vg o el latino a la hebraica veritas, ni se sirvieran de Rückübersetzungen (�retrotraducciones�) del latín al griego en los pasajes inexistentes en esta lengua (el llamado Spanish Greek). Las lecturas �solitarias� de la BPC se han reducido considerablemente, al haberse descubierto, por ejemplo, que aparecían en el pap. Washingtonianus del s. III o en el pap. 967 de Ezequiel (s. II-III), lo que obliga a admitir que los humanistas de Alcalá manejaron mss. hoy desconocidos y a reconocer el valor de la BPC como testigo textual.
The non-negligible volume of research subsequent to Delitzsch (1886) has removed long-standing prejudices and granted the CPB its true value not only as editio princeps of the Septuagint and the New Testament, but also as textual witness. It is no longer believed that the Complutensian publishers adapted the Greek text to the Vulgata�s or the Latin to the Hebraica veritas, or that they resorted to Rückübersetzungen (�back-translations�) from Latin into Greek for those passages that did no exist in the latter language (the so-called Spanish Greek). The �solitary� readings of the CPB have considerably diminished once discovered that they featured, for instance, in the III century Washingtonian papyrus or in Ezekiel�s papyrus (II-III centuries), imposing the conclusion that Alcala�s humanists used manuscripts unknown to us and attesting to the CPB�s merits as textual witness.
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