Resumen: Durante las primeras décadas del desarrollo de la psicoterapia, la investigación estuvo restringida al campo de la teoría y al estudio de casos clínicos, principalmente promovida por algunos institutos de psicoanálisis europeos y, en menor grado, por algunos centros académicos de orientación conductista en los Estados Unidos. En la década de los cuarenta, emerge en este terreno la figura de Rogers quien pone en marcha una primera línea de investigación empírica con métodos de registro y observación que resultan totalmente pioneros y que atrajeron a importantes seguidores. Los estudios empíricos se afianzaron durante las dos décadas siguientes, un período en el que aparecen programas potentes que realizan una decisiva contribución a la evolución de la disciplina, aportando una significativa cantidad de pruebas en favor de la eficiencia terapéutica. Dichas pruebas pusieron coto a las ácidas críticas que venía sufriendo la psicoterapia al ofrecer datos que dieron testimonio de la superioridad de los tratamientos psicológicos en relación con las listas de espera y los placebos. Este movimiento se coronó con la publicación de un famoso estudio metanalítico que informó sobre la eficacia de las diversas formas de psicoterapia.
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