El embarazo y el parto son momentos de gran vulnerabilidad y, como en otros ámbitos en los que estamos en una posición de inferioridad y hay impunidad, surge la violencia hacia las mujeres. La judicatura, la fiscalía y los operadores jurídicos en general tienden a excluir a las mujeres embarazadas, consciente o inconscientemente, de las leyes que protegen los derechos humanos frente a las aplicaciones de la medicina. El argumento implícito – y falso –, es que sometiendo a las gestantes a la autoridad médica se protege a sus hijos. Este artículo sostiene que la violencia obstétrica es una categoría más de violencia hacia la mujer.
Pregnancy and childbirth are moments of great vulnerability for women and, as in other scenarios in which we find ourselves in a position of weakness and there is impunity, violence against women arises. Judges, public prosecutors, and legal actors in general tend to exclude pregnant women, conscious or unconsciously, from the protection of Human Rights laws in respect of medical practice. The implicit –and false argument – is that if women are subjected to doctor’s authority their sons will be safer. This article is intended to argue that obstetric violence is another category of violence against women.
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