La Universidad de Barcelona (UB) ha elaborado una normativa sobre patentes con el fin de estimular a sus profesores para patentar las invenciones que se produzcan como resultado de su actividad investigadora. En dicha normativa se reglamenta la redacción, la tramitación y el mantenimiento de las patentes, así como la distribución de los eventuales beneficios producidos por la venta o licencia de las mismas (evidentemente la Universidad ni fabricará ni venderá nada). Los estímulos para patentar que ofrece la UB son varios y están en la línea de los ofrecidos por las universidades de los países más desarrollados: Por una parte, facilitar la redacción de la patente a través del Centre d'Estudis de Documentació de Patents; por otra, pagar todos los gastos de tramitación y mantenimiento de la patente; y, por último, y más importante, asignar a los profesores/inventores el 50% de los eventuales beneficios que se deriven de ella. Se espera fomentar así la investigación aplicada y la colaboración universidad-empresa, además de abrir la puerta de una posible fuente de autofinanciación.
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