Un homicidio consiste en destruir una vida humana por cualquiera medios, físicos, mecánicos, químicos, biológicos e incluso psicológicos.
Con el presente trabajo no se requiere establecer un estudio irrefutable sobre la forma o manera de investigar un homicidio, sino exponer unas actuaciones y unas normas que son necesarias a la hora de enfrentarse a una investigación de una muerte violenta o no natural, cualquiera que sea su móvil o causa.
Y se puede afirmar que toda muerte violenta conlleva tres tipos de investigación: la judicial y médico legal; la técnico policial; y la investigación policial propiamente dicha.
El presente artículo se centrará en estas dos últimas investigaciones por el nexo que existe entre ambas, analizando los distintos aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de enfrentarse a una averiguación de estas características.
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