La vida, que apareció en la Tierra hace unos cuatro mil millones de años, ha ido evolucionando en equilibrio con un medio en el que la norma es el cambio repentino e impredecible. "El hombre moderno", cuya existencia no excede los 50.000 años, se ha convertido en un lapso de tiempo increíblemente breve, merced al descubrimiento de energías de fácil manejo y el consiguiente desarrollo industrial, en el factor de cambio más importante.
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