Desde que la llamada Primavera Árabe se transformó en el más duro invierno que han vivido los países que con tanto entusiasmo la recibieron, los cristianos residentes en ellos no solo han sido perseguidos, torturados y eliminados sino que están a punto de ser extinguidos. Aun cuando en las Constituciones de Egipto, Libia, Siria e Iraq se reconoce con demasiada ambigu?edad la libertad religiosa, toda manifestación religiosa que no sea la del Islam está sentenciada a muerte. En este artículo se contextualiza el estado por el que están pasando las cristiandades de Egipto, Libia, Siria e Iraq. A las persecuciones, destierros, robos y saqueos padecidos por los cristianos se suman desde el año 2012 la muerte y en muchos lugares, tradicionalmente cristianos, la extinción del cristianismo
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