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Urgencias en el deporte: la práctica en condiciones especiales

  • Autores: Vicente Ferrer López, Fernando Santonja Medina, Elías Rovira Gil
  • Localización: Actualizaciones año 2002 / coord. por María Paz Mompart García, 2002, ISBN 84-95626-22-5, págs. 205-235
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • La práctica deportiva puede someter al deportista a situaciones especiales, desde el punto de vista de estrés medioambiental, que puede ser motivo de distintas alteraciones patológicas específicas poco conocidas. Las patologías más frecuentes se presentan en la práctica del deporte en condiciones especiales: calor, frío, altura y aumento de la presión atmosférica, que están relacionados con las condiciones fisiológicas del ejercicio.

      La temperatura afecta tanto al esfuerzo como al rendimiento: deportes de larga duración en días calurosos y húmedos o el frío intenso pueden causar diferentes problemas patológicos si no se adoptan las adecuadas medidas de protección. El organismo humano tiende a mantener la temperatura interna o central a 37º C. Desde un punto de vista físico, los medios de intercambio de calor son: radiación, conducción, convección y evaporación.

      La patología por acción del frío depende de cuestiones tales como las condiciones fisiológicas de aclimatación, el tamaño y la composición corporal (grasa del tejido subcutáneo), la condición física, el viento y la vestimenta.

      La pérdida de calor en el agua se produce por conducción, causándose hipotermia a un ritmo proporcional a la duración de la exposición o al gradiente térmico. Este ritmo se acelera todavía más si el agua fría está en movimiento alrededor del individuo, ya que la pérdida de calor por convección aumenta. Durante la actividad física el riesgo mayor de hipotermia existe en la inmersión en agua fría, en el contacto con ropas mojadas y en la presencia de vientos fuertes, ya que estas tres condiciones aumentan mucho la pérdida de calor corporal.

      Los tipos de hipotermia en la actividad física son: la aguda, cuando la pérdida de calor es sumamente rápida, sin tiempo para la compensación fisiológica y la subaguda, cuando las reservas energéticas se agotan y la persona no puede luchar contra el frío. La actuación ante estas situaciones dependerá del lugar de presentación y de la gravedad de la hipotermia, yendo desde la reducción de la pérdida de calor (ropa, abrigo, etc.) hasta incluso la reanimación cardiopulmonar, en casos extremos.

      Los problemas producidos por el calor se relacionan principalmente con la pérdida asociada de líquidos, por evaporación de la sudoración. Cuando se realizan ejercicios pesados en condiciones de calor, el cuerpo puede perder más de 1 litro de sudor por hora y por metro cuadrado de superficie corporal. En corredores de fondo, las pérdidas de sudor pueden aproximarse hasta el 6 o, incluso, el 10% del peso corporal.

      Los principales problemas son los calambres, por pérdida de minerales, el agotamiento por calor o insolación, por deshidratación hiponatrémica, el golpe de calor, por fallo de los mecanismos de termorregulación. Para evitar la aparición de problemas asociados al calor, se recomienda ajustar la intensidad del esfuerzo a realizar, utilizar una ropa apropiada y mejorar la condición física del deportista.

      El ambiente hipobárico, con reducción de la presión barométrica produce la aparición de hipoxia relativa, con una menor presión parcial de oxígeno, lo que causa toda una serie de respuestas a corto y largo plazo en el organismo expuesto. También se produce descenso de la temperatura, aproximadamente 1º C por cada 150 metros de altura sobre el nivel del mar y se favorece la deshidratación, por disminución de la humedad relativa.

      La exposición crónica a ambientes hipobáricos produce adaptaciones fisiológicas: ventilación elevada, gasto cardíaco disminuido, volumen plasmático bajo, aumento del número de eritrocitos, mayor volumen sanguíneo total, pérdida de las reservas alcalinas, reducción de la masa muscular.

      Todo el organismo presenta modificaciones considerables a gran altitud, sobre todo los sistemas respiratorio, cardiocirculatorio y nervioso y, por tanto, son los que presentan mayor patología. Los procesos patológicos debidos a la altitud pueden presentarse por mala adaptación y complicaciones: localizadas leves (hemorragias retinianas); localizadas graves (accidentes tromboembólicos); y potencialmente letales (edema agudo de pulmón, edema cerebral).

      Los problemas patológicos más frecuentes son el Mal Agudo de Montaña (MAM), llamado mal de altura, los edemas, las hemorragias retinianas, el Accidente Vascular Cerebral (AVC), el Edema Agudo de Pulmón (EAP) y el Edema Agudo Cerebral (EAC).

      El ambiente hiperbárico que el deportista sufre con el buceo, por ejemplo, presenta problemas relacionados con la presión (atmosférica e hidrostática), la temperatura, el sonido, la luz, etc., que producen diversos efectos que precisan la adaptación del deportista.


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