Alteraciones del sistema de glóbulos rojos y el metabolismo del hierro pueden influir en el rendimiento físico. Por otro lado, el ejercicio puede influir en variables hematológicas (Petibois, C., et al., 2003). La detección de la anemia en los deportistas se lleva a cabo principalmente por la preocupación de la salud y en segundo lugar porque contribuye a la morbilidad y el rendimiento del ejercicio disminuida (Descorges, 2008). Mientras que varios estudios en los deportes de resistencia muestran que "anemia deportiva" dilucionales puede ocurrir en el atleta de elite como una adaptación al acondicionamiento aeróbico, la prevalencia de la deficiencia de hierro y su impacto en el rendimiento no se han investigado suficientemente en los atletas no resistencia (Di Santolo , et al, 2008). El objetivo principal de este estudio es investigar los marcadores de población de glóbulos rojos y el nivel de hierro en un grupo de 52 jugadoras de voleibol, e identificar posibles diferencias con los sujetos de un grupo sedentario de referencia y los factores subyacentes determinantes de esas respuestas. Marcadores sanguíneos Once, de las poblaciones de células rojas y blancas y el hierro sérico fueron estudiados en 52 jugadoras de voleibol de los equipos locales y universitarios y 47 sujetos referente, todos los mayores de 18 a 26 años, en las muestras de sangre tomadas de la vena cubital en la norma condiciones. Se analizaron las variables sanguíneas con un contador automático de células, mientras que el nivel de hierro con un espectrofotómetro UV / visible. Ambas jugadoras y grupos de referencia muestran valores de rango similares para la mayoría de los marcadores de la sangre y no hay diferencias significativas (p <0,05) en los valores medios para la mayoría de ellos. Los jugadores tienden a tener menores concentraciones de hemoglobina (el 35% de los sujetos, en virtud de la norma frente a 22% de los referentes), recuento de glóbulos rojos (32% bajo la norma vs 20%), el nivel de hematocritos (35% bajo la norma vs 22%) que sus homólogos sedentarios. El nivel de hierro (sólo el 12% bajo la norma para los jugadores contra un 10,5% en sujetos referente), a diferencia de los datos de glóbulos rojos y de hemoglobina, demuestran que la deficiencia de hierro no parece ser el principal y el único factor subyacente de la anemia en los grupos de jugadores . Esto se confirma también por las diferencias en la MCH, MCV y MCHC valores entre los dos grupos, que siguen y que son co-lineales a los datos de estado de hierro y las diferencias entre los grupos. Estos datos muestran que las jugadoras están en la frontera del estado anémico hierro-dependiente, pero sin diferencias significativas con los homólogos referentes, lo que apoya la idea de otros autores que, la actividad física no-resistencia, no afecta negativamente a todo el hierro tiendas (Di Santolo, et al, 2008), (Schumacher YO, et al, 2002). Las diferencias significativas entre los grupos para otros índices sanguíneos, como recuento de eritrocitos, hematocrito, hemoglobina y otros, parece más probable que sea debido a la respuesta al volumen de entrenamiento, el método y periodicidad (withold, et al., 2011).
Alterations of the red blood cell system and iron metabolism can influence physical performance. On the other hand, exercise can influence haematological variables (Petibois et al., 2003). Screening for anaemia in sports persons is carried out primarily for health concern and secondly because it contributes to morbidity and diminished exercise performance (Descorges, 2008). While several studies in endurance sports show that dilutional "sports anaemia" can occur in the more elite athlete as an adaptation to aerobic conditioning, the prevalence of iron deficiency and its impact on performance have not been adequately investigated in non-endurance athletes (Di Santolo et al., 2008). The main objective of this study is to investigate the red blood cell population markers and the iron status in a group of 52 female volleyball players, and to identify possible differences with subjects of a reference sedentary group and the underlying factors underlying such responses. Eleven blood markers, of the red and white cell populations and the serum iron were studied in 52 female volleyball players from the local and university teams and 47 referent subjects, all aged 18-26 years, in blood samples taken from the cubital vein under standard conditions. The blood variables were analysed with an automatic cell counter, while iron status with a UV/visible spectrophotometer. Both female players and reference groups show similar range values for most of the blood markers and no significant differences (p<0.05) in means values for most of them. Players tend to have lower haemoglobin concentrations (35% of the subjects, under the norm vs 22% of the referents), RBC counts (32% under the normvs 20%), haematocrit level(35% under the normvs 22%) than sedentary counterparts. Iron status (only 12% under the norm for the players against 10.5% in referent subjects), differently from the RBC and Hgb data, demonstrate that iron deficiency does not seem to be the main and the only underlying factor for anaemia in the players groups. This is confirmed also by the differences in MCH, MCV and MCHC values between the two groups, which follow and are colinear to iron status data and intergroup differences. These data show that female players are in the borderline of the iron-dependent anaemic state, but with no significant differences with the referent counterparts, thus supporting the idea from other authors that, non-endurance physical activity, does not adversely affect particularly the iron stores (Di Santolo et al., 2008), (Schumacher, et al, 2002). The significant differences between the groups for other blood indices like RBC counts, haematocrit, Hgb and others seems more likely to be due to the response to training volume, method and periodicity (Withold et al., 2011).
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